La voluntad y el coraje que demostró a lo largo de 13 años de estudio tuvieron su primer premio importante: Victoria del Rosario Maidana fue distinguida en la escuela Normal por haber obtenido un alto puntaje en el examen internacional de inglés que certifica la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. La historia parece una de las tantas que se viven en este establecimiento cada año. Pero es distinta porque Victoria es disminuida visual (casi no puede ver) y eso nunca ha sido un impedimento para que pudiera aprender a manejar perfectamente el idioma extranjero.
Está emocionada y, a la vez, nerviosa. Victoria va por los pasillos sin bastón. Todos la ayudan. Ella disfruta el momento. Tiene 17 años y nada de timidez. "Siempre me gustó mucho estudiar inglés. Cuando la profesora me ofreció presentarme en el examen internacional PET (Preliminary English Test) acepté enseguida porque soy así, me meto en todo. No veo impedimentos en nada", comenta la alumna. Para estudiar, usa varios métodos: pega sus ojos a la hoja (es la única forma que puede ver un poco), usa el sistema braille y también escucha audios de los textos que debe memorizar.
Según cuenta su mamá, Griselda, la Universidad de Cambridge tuvo que enviarle a Victoria el examen en un formato especial, mucho más grande que al resto de los alumnos. Corregirlo les demandó más tiempo a los docentes. "Me puse muy nerviosa cuando no llegaba la nota, pensé que se había perdido mi examen. Cuando me enteré que había obtenido 86 puntos y que eso era un 'aprobado con mérito', no podía creerlo", resalta Victoria. Y a su lado, su mamá y hasta sus propios compañeros dejan escapar algunas lágrimas.
En el examen internacional se evaluaron cuatro habilidades: lectura, escritura, comprensión auditiva y conversación, detalla Griselda, que además es la directora de la sala para ciegos que tiene la escuela Normal. Este espacio se usa desde hace 20 años para integrar a alumnos no videntes. En la actualidad, asisten al establecimiento ocho niños ciegos.
Victoria nunca se sintió diferente. Pero sabe que las cosas le cuestan mucho más que a cualquier otro chico o chica. Nació en forma prematura con apenas 860 gramos. Tuvo que pelear por su vida durante tres meses en una incubadora. Fue ahí donde sufrió desprendimiento de retina. Y quedó casi ciega. A los cuatro años ingresó a la escuela Normal y, desde entonces, esta se convirtió en su segunda casa.
No conformarse parece ser primordial para Victoria. Menuda, morocha, con su voz imponente, ella se ha puesto varios objetivos: quiere recibirse de traductora de inglés y también estudiar para ser maestra especial. "Desde muy chica me nació el amor por el inglés. Por eso quiero perfeccionarme, y también recibirme de maestra especial para poder enseñarle idioma extranjero a los chicos ciegos, a quienes en muchas escuelas no les enseñan", remarca.
Nunca le pareció más difícil estudiar inglés entre las líneas de punteados. Cree que es fundamental el manejo de esta lengua extranjera: "te abre un mundo de oportunidades con la tecnología; también se te abren muchas puertas de trabajo".
El futuro
Pensando en sus próximos años, Victoria prefiere no hablar todavía de formar su propia familia. "Me gustaría primero establecerme como profesional. Las personas ciegas o que sufrimos alguna discapacidad no podemos trabajar de cualquier cosa. Siempre es preferible especializarse en algo que podamos desarrollar en un ambiente seguro y, de esa manera, no quedar excluidos de la sociedad", dice.
Victoria es única hija. Además de estudiar, forma parte del coro de la escuela Normal. El inglés y la música son sus grandes pasiones. Dentro de la escuela, se desenvuelve sola. No pasa lo mismo en la calle. No sale si no lo hace acompañada.
Cuando habla de sus sueños, a ella le gusta volar: "quisiera una sociedad más solidaria, con menos prejuicios, más dispuesta a ayudar a los ciegos en la calle, que no nos vean con miedo por llevar un bastón. Si pudiéramos ponernos por unos minutos en el lugar del otro, ¡qué distinta sería la cosa!"